Approved Reseller
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La impresión 3D ha tenido un crecimiento exponencial desde que se volvieron más populares con el lanzamiento de la Makerbot y otros equipos más enfocados al público aficionado. Recientemente, las impresoras 3D se han vuelto mucho más accesibles y las refacciones, información y materiales se han difundido aún más. Pensando en estos aspectos, uno puede llegar a preguntarse ¿Es un buen negocio la impresión 3D? En esta publicación tratamos de analizar esta idea respecto a distintos ejes y plantear una respuesta.
Las principales aplicaciones de la impresión 3D es en el diseño rápido de prototipos y refacciones. Por ejemplo en el aeromodelismo han pasado a reemplazar ciertos materiales por el PLA, con el que puedes diseñar tus piezas, fabricarlas, romperlas, rediseñar y volver a imprimir. También en la medicina, en el área dental, podemos encontrar un buen mercado para la impresión 3D, en la fabricación de modelos para aplicaciones estudiantiles.
Como mencionábamos, los materiales de fabricación se han vuelto mucho más accesibles, sobre todo la impresión con SLA se ha difundido aún más, permitiendo que las restricciones por cuestiones económicas se vayan difuminando. El futuro de las impresoras se va encaminando a las impresoras de resina, que se van reduciendo en costos y mejorando en calidad.
En cuanto a las impresoras de filamento, los materiales con los que puedes imprimir tus piezas van aumentando rápidamente, algunos ejemplos son materiales ferromagnéticos, con madera, etc.
Los usuarios que puedan dar mantenimiento a una impresora 3D serán capaces de comprar una impresora más económica, sabiendo que piezas deben cambiar y el modo de operar la impresora. Es importante mencionar que una impresora más cara no evita el mantenimiento eventual del equipo, y que no será una impresora completamente automatizada que con solo presionar un botón hará todo el trabajo, aunque sí facilita un poco más el proceso de impresión.
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Algunos podrán pensar que como ha sido tan difundida la tecnología, ya haya pocas oportunidades para integrarse al negocio de la impresión 3D, pero lo cierto es que nunca hay unidades de sobra para cumplir la demanda existente, y prueba de ello son los pedidos por volumen o de temporada. Por ejemplo, es muy común que las personas pidan llaveros personalizados, figurines de sus personajes favoritos, etc. Si uno es capaz de modelar en 3D un personaje, es muy seguro que tendrá una pieza clave del mercado para vender, porque ofrece un producto novedoso.
Muchos empiezan en el mundo de la impresión 3D como un pasatiempo y luego observan las áreas potenciales donde se pueden volver proveedores. En México aún no se explota por completo esta tecnología, por lo que incluso si solo se toma como un pasatiempo, en el futuro puede mejorar y consolidarse como un negocio rentable. Aprovechar esta tecnología bien podría compararse como una impresora de tinta, uno puede tenerla como una herramienta básica y mejorar con el tiempo. Las posibilidades con insospechadas y el mercado crece y evoluciona con el tiempo, por lo que es probable alcanzar una oportunidad no prevista en el momento.
En la impresión 3D no solo participan las personas que fabrican las piezas. Los proveedores de consumibles y refacciones también tienen un papel importante. Si sabes dar mantenimiento también puedes participar, si sabes de diseño también. El punto es no cerrarse a las posibilidades y los conocimientos adquiridos siempre dan una buena presentación en el curriculum.
Conclusiones:
La impresión 3D es un modelos de negocios que tiene mucho por crecer en México. Sin embargo uno debe ser paciente para posicionarse como fabricante, y se puede empezar como un hobbie que crecerá para consolidarse. Hay mucho por innovar en este ámbito por lo que puede ser una buena inversión a mediano y largo plazo.
Referencias: